¿Educamos en prejuicios o educamos en valores?

¿Educamos en prejuicios o educamos en valores?

García-Lago, Virginia (2002). ¿Educamos en prejuicios o educamos en valores? Educación y futuro:revista de investigación aplicada y experiencias educativas,7, 4-12.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2016083



 En esta entrada quiero seguir hablando sobre el tema “valores”, esta vez apoyándome en un artículo.
Todos queremos que en el mundo solo exista amor, igualdad, justicia, etc., pero en realidad, todos somos egoístas, envidiosos y rencorosos.

A pesar de que estemos a favor de la igualdad y la tolerancia, todos transgredimos sobre estos temas ya que existen juicios, estereotipos y prejuicios que aprendemos. Seguramente no nos demos cuenta o no lo hagamos a posta, pero siempre hemos utilizado alguna expresión que denigra, por ejemplo, a la mujer como “qué habrá tenido que hacer esa mujer para haber alcanzado tales méritos”, o, ahora con los atentados del ISIS, todos nos hemos puesto tensos, alguna vez,  o se nos ha pasado por la cabeza que alguien con rasgos árabes, con una bolsa de deporte y en el metro se iba a inmolar e iba a arrasar con todo lo de alrededor. Todo esto se consideran prejuicios (“actitud o predisposición negativa injustificable hacia un grupo y los individuos que lo integran, teniendo un fuerte componente emocional”.).

Parece que, por hacer un chiste o comentario machista, racista o despectivo hacia alguien por su sexo, religión, procedencia, orientación sexual… no tiene importancia porque lo decimos de “broma” pero ese es el problema que existe, que, sí que pasa, porque al estudiar los datos de agresiones homófobas, violencia de género, etc., no son simplemente una broma.

En el artículo nos habla de 3 posibles causas por las que existen los prejuicios. En resumen, diría que los prejuicios siguen presentes en nuestra vida porque tendemos a generalizar. Por ejemplo, si hemos tenido una mala experiencia porque casualmente un gitano nos ha robado, ya tendemos a meter a todos los de esa etnia en el mismo saco y ahí comienzan los prejuicios hacia toda persona gitana.
Volvemos a lo de realizar comentarios “de broma”. Estos son diariamente escuchados por los niños, lo cual va a repercutir en su educación y va a adoptar esas posturas de rechazo hacia otras personas, machismo, o cualquier cosa anteriormente mencionado ya que, si lo dicen sus padres o alguien cercano a él, es correcto.

Pero no todo se aprende de los que escuchamos en la vida cotidiana. El artículo se centra en los cuentos, cómo estos contienen miles de estereotipos y prejuicios que adoptan los niños. Un ejemplo que pone y estoy totalmente de acuerdo es que dividen los personajes en malos, con aspecto malo, feo, anciano…, y personajes buenos, donde se incluyen las princesas y príncipes que tienen un aspecto bueno, jovial, guapo… Y creemos que dependiendo de nuestro aspecto vamos a tener una vida u otra, que si no seguimos los patrones de los príncipes o princesas no vamos a tener derecho a tener esa buena vida y ese final feliz.

Se centra en el cuento de “La Cenicienta” y “El jorobado de Notre Dame”.
En cada uno describe desde su punto de vista y comparándolo con ejemplos del siglo XXI a los personajes de cada cuento.

En Cenicienta, lo que más destaca es la imagen machista que contiene; el perfil de Cenicienta hace ver que el deber de la mujer es estar en casa, limpiando y haciendo las tareas de la casa y, que, además, les encanta (“Cenicienta, humillada y maltratada, era la sirvienta de su propia casa. A pesar de todo, Cenicienta seguía siempre amable y cariñosa”). El príncipe muestra el perfil de “la mujer perfecta” describiéndola como si nuestra función en el mundo fuese ser guapas, dulces y fértiles, para solo tener hijos (“Cenicienta es guapa, dulce y posiblemente fértil…). Y la madrastra y las hermanastras las representan como personas feas, con voz chillonas e incapaces de realizar tareas domésticas, todo relacionado con ser malas, ¿de verdad tienen relación todas estas cosas?

En El Jorobado de Notre Dame el perfil de “princesa” es diferente, y parece que promueve la integración, pero sigue siendo imposible que Esmeralda, la protagonista, se enamore del jorobado simplemente por su aspecto. Y decimos “parece que promueve la integración” porque hay mensajes que dice el malo y se dice el propio Cuasimodo que es de rechazo y no se debería dar ese mensaje a niños tan pequeños.


Por lo que quiere hacer ver este artículo, o lo que yo entiendo, es que no nos debería de sorprender tanto que tanta gente joven tenga mentalidad machista, xenófoba, teófoba, o cualquier tipo de rechazo hacia otra persona por determinadas características que tengan. No nos debería extrañar porque en nuestra sociedad está muy normalizado, no los detalles exagerados, sino lo que he dicho antes, los comentarios, las bromas, etc. Y porque está integrado en recursos que utilizamos con los niños, cosa que deberíamos intentar cambiar, ya que es muy concluyente a determinadas edades el hecho de no fomentar dichos pensamientos.

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